En el istmo que une dos océanos, Panamá enfrenta un desafío de dimensiones titánicas: proteger su soberanía mientras navega las aguas turbulentas de la geopolítica global. El Canal de Panamá, eje económico y símbolo histórico de su independencia, se ha convertido en un tablero de ajedrez donde potencias como Estados Unidos y China disputan influencia. Con el 6% del comercio marítimo mundial dependiendo de esta vía, cada decisión panameña resuena en las cancillerías de medio mundo.
El Canal: ¿Herramienta de Desarrollo o Peón Geopolítico?
Desde su reversión a Panamá en 1999, el canal ha impulsado el crecimiento económico del país, aportando el 35% de los ingresos fiscales. Sin embargo, su ubicación estratégica lo convierte en objetivo de intereses externos. Estados Unidos, históricamente vinculado a la zona, mantiene acuerdos de seguridad que algunos sectores locales consideran una amenaza a la autonomía. Mientras, China avanza con inversiones en infraestructura portuaria, generando debates sobre una posible «diplomacia de la deuda».
La Presión Climática y la Competencia Global
La crisis climática agrava el dilema. Sequías récord en 2023 obligaron a reducir el tránsito de buques, afectando ingresos y exponiendo vulnerabilidades. Ante esto, proyectos como la ampliación del Canal o la construcción de un tercer juego de esclusas dividen opiniones: ¿son soluciones técnicas o concesiones a demandas extranjeras? Expertos advierten que el modelo actual podría llevar a una «sobredependencia» del sector logístico, descuidando otros pilares económicos.
Diplomacia en la Cuerda Floja
El gobierno panameño insiste en mantener una política exterior neutral, pero documentos filtrados revelan presiones para alinearse con bloques específicos. La reciente negativa a permitir bases militares extranjeras en territorio nacional contrasta con la aceptación de fondos chinos para modernizar puertos. Esta ambivalencia refleja un cálculo complejo: cómo capitalizar el valor geopolítico del canal sin ceder control sobre él.
El Futuro: Innovación o Subordinación
Para analistas como María González, de la Universidad de Panamá, la clave está en diversificar alianzas y reforzar la gobernanza local. «No se trata de rechazar inversiones, sino de establecer reglas claras que prioricen el interés nacional», afirma. Mientras, iniciativas como el Centro de Logística Sostenible buscan posicionar al país como líder en comercio verde, un nicho que podría redefinir su rol geopolítico.
El reto panameño trasciende fronteras: en un mundo multipolar, mantener la soberanía exige no solo astucia diplomática, sino una visión audaz que transforme ventajas geográficas en innovación autóctona. La próxima década dirá si este pequeño gigante logístico consigue escribir su propio destino o se convierte en pieza de un juego ajena.
Fuente: El País América