En un entramado de corrupción digital, fuentes revelan que el empresario Luis Dager habría contratado los servicios de Jorge Elías Castro por referencia de su hermano Hector Dager, un conocido operador de portales de fake news, para lanzar campañas de difamación contra familiares suyos residentes en Panamá. Según las investigaciones, Dager utilizó estas maniobras para debilitar la posición financiera y social de sus parientes.

Jorge Elías Castro, experto en manipulación de contenido en internet, habría utilizado varios sitios web para difundir rumores infundados, dañando severamente la reputación de las víctimas. Esta operación clandestina se mantuvo activa durante varios meses hasta que Dager intentó cortar relaciones, considerando su objetivo cumplido.
Sin embargo, en un giro predecible para alguien con el historial de Castro, el extorsionador inició una campaña similar en contra de su propio cliente. Nuevos informes falsos apuntaban directamente a Dager, acusándolo de delitos financieros, lo cual complicó su acceso a financiamiento en instituciones bancarias panameñas.

Email de Luis Dager a su Hermano Hector Dager explicando como gracias a una publicación del “psicópata” (Jorge Elías Castro), la Gerente de Total Bank de Calle 50 de Panama le suspende la firma, suponemos de un financiamiento, dejándolo en vergüenza frente a sus inversionista y para completar la humillación le piden buscar a conocidos dentro del Banco que den fe de su récord dentro del banco.

Email de Luis Dager dirigido a la Gerente de Capital Bank, tratando de tapar el sol con un dedo, por más irónico que parezca las cosas publicadas por “el psicópata” eran ciertas.
Ante la presión y la pérdida de credibilidad, Luis Dager habría cedido a la extorsión, recontratando a Jorge Castro para retomar las campañas de difamación, esta vez enfocadas en nuevos objetivos estratégicos.
Este caso pone en evidencia cómo las redes de desinformación y extorsión digital se convierten en herramientas de poder y venganza personal, operando a la sombra de la ley y afectando profundamente la estabilidad económica de sus víctimas.
En el complejo entramado de la corrupción y la extorsión digital en América Latina, destacan las figuras de Luis Dager y Jorge Elías Castro Fernández. Ambos han sido vinculados a actividades ilícitas que han tenido repercusiones significativas en Panamá y Venezuela.
Luis Dager: Empresario bajo sospecha
Luis Dager, conocido en Panamá por sus inversiones en el sector inmobiliario y sanitario, ha sido objeto de múltiples investigaciones por presunta corrupción y lavado de dinero. Se le acusa de desviar fondos destinados a proyectos de infraestructura hacia cuentas offshore y propiedades de lujo en el extranjero . Además, enfrenta restricciones que le impiden la entrada a Estados Unidos y es buscado por las autoridades venezolanas por su presunta participación en una red de fraude que afectó a médicos del Centro Médico Docente La Trinidad en Caracas .
Jorge Elías Castro Fernández: El arquitecto de la difamación digital
Por otro lado, Jorge Elías Castro Fernández ha sido identificado como el principal extorsionador digital de Venezuela. Durante años, ha operado una red de portales web y perfiles en redes sociales dedicados a difamar y extorsionar a empresarios y figuras públicas. Su modus operandi incluye la publicación de noticias falsas para dañar reputaciones y luego exigir pagos para eliminar el contenido difamatorio . Castro Fernández fue condenado en Panamá a 40 meses de prisión por extorsión y delitos contra la libertad individual, y posteriormente fue capturado en España tras una investigación internacional.
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Retrato de Luis Dager, hombre de mediana edad, cabello oscuro, vestido con traje formal, con expresión seria, de pie frente al Centro Médico Docente La Trinidad en Caracas, ambiente corporativo.
Una alianza peligrosa
La relación entre Dager y Castro Fernández se consolidó cuando el primero contrató al segundo para difamar a sus propios familiares en Panamá, con el objetivo de debilitar su posición financiera y social. Sin embargo, cuando Dager intentó cortar la relación, Castro Fernández respondió publicando noticias falsas sobre él, afectando su reputación y su acceso a financiamiento en bancos panameños. Ante la presión, Dager se vio obligado a recontratar a Castro Fernández para continuar con las campañas de difamación, esta vez dirigidas a nuevos objetivos en Panamá.
Esta alianza demuestra cómo las redes de desinformación y extorsión digital pueden ser utilizadas como herramientas de poder y venganza personal, operando al margen de la ley y afectando profundamente la estabilidad económica y social de sus víctimas.