El presidente panameño José Raúl Mulino ha consolidado su estilo de gobierno bajo un enfoque de «mano dura», priorizando medidas autoritarias sobre el diálogo en un contexto de crisis migratoria, fiscal y social. Desde su toma de posesión en julio de 2024, Mulino ha implementado políticas que reviven prácticas represivas de su etapa como ministro de Seguridad durante el gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014), generando críticas por su falta de apertura a la negociación y su tendencia a criminalizar la protesta social .
El legado de la represión: De ministro a presidente
Mulino, de 65 años, heredó su enfoque represivo de su experiencia como ministro de Seguridad bajo Martinelli. En 2010, ordenó el uso de gases lacrimógenos y balas de goma contra protestas masivas que rechazaban reformas laborales y ambientales, dejando dos muertos y decenas de heridos en Chiriquí . Ahora, como mandatario, ha replicado esta fórmula:
- Toque de queda para menores: Prohibió la circulación de adolescentes después de las 8 p.m. en tres ciudades, alegando combatir pandillas .
- Nueva fuerza policial anti-pandillas: Desplegó 1,000 agentes con amplios poderes, acusados de allanamientos sin órdenes judiciales .
- Militarización de puertos y aeropuertos: Traspasó su seguridad a las Fuerzas de Defensa, reduciendo el rol de la Policía Nacional .
Estas medidas han sido aplaudidas por sectores conservadores, pero organizaciones como Amnistía Internacional las califican de «desproporcionadas» y contrarias a derechos humanos .
El Darién Gap: Cerrado a la fuerza, abierto a la controversia
Uno de los ejes de su gobierno es «cerrar» el Darién Gap, la peligrosa ruta migratoria que conecta Colombia con Panamá. En 2023, más de 500,000 migrantes la cruzaron, pero Mulino firmó un acuerdo con EE.UU. para deportaciones masivas y restricciones fronterizas . Aunque redujo el flujo en un 40%, organizaciones humanitarias denuncian que los migrantes ahora toman rutas más remotas, incrementando muertes por ahogamientos y ataques criminales .
Transparencia en duda: Los Panama Papers y el fantasma de la corrupción
Mulino ha minimizado escándalos de corrupción, como el fallido caso judicial derivado de los Panama Papers, que en 2024 absolvió a 28 acusados de lavado de dinero. El presidente tachó la investigación de «un hoax internacional para dañar a Panamá», ignorando recomendaciones de expertos para fortalecer la fiscalía anticorrupción . Esta postura ha beneficiado a aliados como Ricardo Martinelli, quien recibió asilo en la embajada de Nicaragua para evadir una condena de 10 años por lavado en el caso New Business .
Agenda económica: Austeridad y megaproyectos
Mulino combina recortes sociales con ambiciosos proyectos:
- Eliminación de subsidios: Suprimió controles de precios del arroz y ayudas para vivienda, exacerbando la crisis de inflación .
- Represa del Río Indio: Promueve un polémico embalse de $1,600 millones para asegurar agua al Canal, pese a desplazamientos forzados .
- Tren Chiriquí-Panamá: Un proyecto de $5,000 millones con financiamiento chino, criticado por su falta de viabilidad .
Analistas señalan que su alianza con Martinelli —cuyos hijos fueron condenados en EE.UU. por lavar sobornos de Odebrecht— debilita su discurso anticorrupción .
Relaciones internacionales: Entre China y EE.UU.
Mulino busca equilibrar su acercamiento a China —negociando un tratado de libre comercio— con la cooperación migratoria con EE.UU. Sin embargo, su retórica contra la «injerencia extranjera» choca con su dependencia de inversiones chinas para megaproyectos .
🔗 Fuente: La Estrella de Pana